La decisión de notificarla a la distancia y que se quede en su casa surgió forzada por el miedo a una eventual foto de la expresidenta rodeada por una multitud camino a Comodoro Py. El apoyo masivo fue determinante. Pero sí lo hicieron con el ex director de Vialidad Nacional, Nelson Periotti, de 80 años. Los abogados de CFK le pidieron al Tribunal que defina si ella puede o no salir al balcón.
En la cúpula del PRO eligieron hacer mutis por el foro con la manifestación que pidió la liberación de Cristina Fernández de Kirchner. Ni Mauricio Macri, ni María Eugenia Vidal ni ninguno de los principales referentes dijeron esta boca es mía. Su línea discursiva de los últimos días había sido condenar la «violencia kirchnerista» en los actos de protesta y como no hubo, no tuvieron nada para decir.
En la conducción del radicalismo pasó lo mismo: optaron por el silencio. Eso no impidió que varios dirigentes del PRO y el radicalismo con incontinencia tuitera salieran a dejar su opinión sobre lo ocurrido: desde que era el final de CFK hasta que no fueron tantos en la marcha, se pudo leer de todo.
A Américo Ledesma le llevó 15 horas llegar a la Plaza de Mayo. Salió de Buena Esperanza, el pueblito donde vive, en San Luis, el martes a la tarde. Hizo dedo en la ruta hasta que lo acercaron a la capital provincial, donde se subió rumbo a Buenos Aires en un micro particular, con un pasaje que le pagó el hijo. Y el miércoles, en una plaza llena a pesar del frío invernal, se dio el gusto de meter las patas en la fuente. Un poco por simbolismo, sí, pero también porque tenía los tobillos hinchados después de tanto viaje.
Desde Constitución hasta el Obelisco, y desde Once hasta Plaza de Mayo, cientos de miles de manifestantes que caminaban en todos los sentidos posibles fueron protagonistas de una gran coreografía loca. Columnas que iban y venían, miles de banderas que se desplazaban, cartelones de los sindicatos que navegaban sobre decenas de miles de cabezas de aquí para allá.
Y a ese enorme espectáculo se le encimaba el inútil despliegue masivo y amenazador de cientos de motociclistas armados como si fueran soldados ucranianos en Kursk, camiones blindados, hidrantes y efectivos a pie diseminados en todo ese gran despelote.
Hace días que la esquina de San José y Humberto Primo se volvió un lugar de peregrinación del peronismo, que hasta el martes a la tarde iba a ser también el punto de partida de la masiva movilización en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner.
Los planes cambiaron, la militancia concentra en distintas alturas de la 9 de Julio para marchar a Plaza de Mayo, pero bajo el departamento de la líder justicialista la gente no para de llegar, de cantar, de mirar a ver si sale al balcón o si la llega a ver a través de las ventanas. “Venimos a la misa y nos vamos”, dice un hombre que se abre paso entre la multitud para acercarse.
Consultado respecto a una posible candidatura en el tercer cordón del conurbano bonaerense en remplazo de su madre, el diputado Máximo Kichner respondió: «Estoy preparado para asumir los roles que se necesiten».
Asimismo, aseguró que dentro del peronismo hay muchos compañeros y compañeras que están en condiciones de hacer frente a cualquier desafío. «No hay nombres ni apellidos milagrosos», destacó.
«Hay que administrar los egos y vanidades y poner por delante las penurias y necesidades que tienen nuestro pueblo. Ese es el desafío que tenemos por delante», completó Máximo.
El desafío que tenemos por delante es que, cuando nos movilizamos en conjunto y coordinados, podemos defender los intereses de la Argentina», consideró Máximo Kirchner. Al tiempo que destacó que «esta movilización demuestra que el pueblo está decidido a responder ante cada humillación de este modelo».
En otro tramo de la entrevista con C5N, el presidente del PJ bonaerense lamentó que todo cambió en la Argentina «desde la irrupción de Macri en la política», por lo que denunció que la Justicia se maneja como «la mafia».
«Están transformando la Argentina en un casino», agregó el dirigente tras cuestionar las políticas del Gobierno de Javier Milei y apuntar contra el ministro de Economía, Luis Caputo.
Consultado respecto a los controles abusivos aplicados por la ministra de Seguridad, Patricia Bulltich, para intentar contener a los manifestantes que se desplazaban hacia Plaza de Mayo, Máximo Kirchner sostuvo que «son procesos de intimidación» que solo pretenden «imponer miedo», para que «no te movilices, no salgas de tu casa».
Sin embargo, pese a los múltiples operativos, Kirchner destacó la masiva molización que, según consideró, evidenció que este «es un gobierno que busca imponer el miedo y que hay un pueblo que poquito a poquito lo va perdiendo».
«La propia sociedad va a hacer que emerjan los anticuerpos para este tipo de gobiernos que solo impulsan un modelo de saqueo que arruina el futuro», agregó.
«El abuso de poder termina siendo una muestra de debilidad de los regímenes como éstos», consideró Máximo al tiempo que destacó que «tenemos la oportunidad de evitar que nos saqueen y nos roben el país en nuestras propias narices».
El presidente del PJ bonaerense y referente de La Cámpora, Máximo Kirchner, se mostró agradecido por la masiva marcha de este miércoles en apoyo a Cristina Kirchner. Asimismo, destacó la unión del pueblo argentino para «poner límites a los abusos de poder».
«Uno sintió mucho afecto, mucho amor, mucho cariño, pero eso desde lo personal. Lo mejor fue ver que el pueblo inicia el camino de recuperación de su autoestima», comenzó Máximo.
Y agregó: «Cuando uno ve al pueblo organizándose para poner límites a los abusos de poder, eso me llena como argentino, y luego sí como militante y como peronista». E insistió: «Estoy agradecido del cariño de la gente».